Usurpación de la historia globalizada

Ya pasada la resaca del amor obligado, percibo como cada año un post-sentir de que toda pareja cree recuperada su fianza de pago por amor.

En el 270 D.C. el emperador Claudio II prohibió a sus soldados el matrimonio por que estimaba a los hombres casados como malos guerreros, aumetaban su misericordia y la aptitud mohina de "moralidad". Se ve que su tasa de decapitaciones y trinchadas pectorales bajaba un porcentaje alarmante; eso pues, San Valentin, un clérigo romanticón ovispo de Interamna, metiendo dedito en la yaga se opuso. Y en un acto vandálico unía en matrimonio a los soldados y sus mujeres.

Enterado el emperador trató de convernerle a sabiendas de que no era un hombre paciente y que su negativa provocaría que fuera, pies por delante, a ver a su querido redentor.
Valentín se negó a abjurar y el 14 de febrero del 270 fue apaleado, lapidado y finalmente decapitado por los secuaces del emperador que, seguramente, no serían hombres casados...
Doscientos años despues el papa Gelasio instituyó la festividad de San Valentín patrón de los enamorados, dando lugar a dicho aniversario.


Moraleja: Ni fue el corte ingles quien lo inventó, ni es tradición los cupidos, bombones, globitos de corazón y demas horteradas como llevar a tu novia/mujer a cenar al típico restaurante, tipo Bambola, cuando no la sacas en todo el año.
Y lo de regalar el medallón que se parte en dos sería excelente si fuera acompañado de un cubo de latón para vomitar justo despues de verlo...

Viva el amor puro, que rebosa cada día, y no se acumula en fechas señaladas.